Gracias Ronaldo por informar de la constituciòn del grupo y que hayan creado su Blog ¡¡ FELICITACIONES !! .
Aquì en Chile como otra expresiòn bajo el paragua de Tambièn Somos Iglesia naciò recientemente y tiene crecimiento lento pero firme y sostenido Movimiento Teologìa de la Liberaciòn "Opciòn por los Pobres Chile", con objetivos màs precisos, educativos, movilizadores y articuladores de grupos y movimientos en y para latinoamèrica y el mundo. Su correo opciòn_porlospobres_chile@yahoo.com.
Tambièn esperamos estar presente en la Asamblea del Pueblo de Dios en Roma 2015. Atentos a vuestros envios.
Saludo fraternal a p. Comblin y a todos y a todas. Mañana verè Blog y harè comentarios.
¡Por la interconectividad y la acciòn del Pueblo de Dios!! Para hacer posible Otro Mundo y Otra Iglesia!!
La Teologìa de la Liberaciòn Naciò Escuchando el Grito del Oprimido!!
Fraternalmente, por TSICHILE, Enrique Orellana F.
Date: Mon, 11 May 2009 19:14:08 -0700
terça-feira, 12 de maio de 2009
segunda-feira, 11 de maio de 2009
MANIFIESTO SOMOS IGLESIA - LA REFORMA QUE ANHELAMOS.
(1er manifiesto, de 5 puntos, surgido en Austria en 1995 y base para la
posterior constitución del Movimiento Internacional Somos Iglesia /
International Movement We ar Church –IMWAC- en 1996)
Nos duele el hecho de que el acceso al auténtico mensaje de Jesucristo se hace hoy más difícil para muchos por circunstancias de la Iglesia Católica actual. Una crisis puede contener el germen de un ocaso, pero también la oportunidad de un renacimiento lleno de futuro. Los firmantes de este manifiesto esperamos que la crisis actual de la Iglesia Católica sirva para una reforma ya hace tiempo anhelada.
Con nuestra firma apoyamos la exigencia de una renovación de la Iglesia en el espíritu de Jesús, renovación que ha de venir también y esencialmente de la base. En particular, nos solidarizamos con las siguientes metas y anhelos del pueblo eclesial.
1. Construcción de una Iglesia fraterna.
* Igual dignidad de todos los creyentes: superación del abismo entre clero y laicos. Sólo así recuperará su vigencia la pluralidad de dones y carismas.
* Coparticipación y codecisión de las Iglesias locales en las designaciones de obispos. El obispo a designar debe gozar de la confianza del pueblo.
2. Plena igualdad de derechos de la mujer.
* Coparticipación y codecisión en todos los gremios eclesiales.
* Apertura del diaconado permanente a las mujeres.
* Acceso de las mujeres al ministerio sacerdotal. La exclusión de las mujeres de los ministerios no se puede fundamentar bíblicamente. La Iglesia no puede prescindir por más tiempo de la riqueza de capacidades y experiencias vitales de las mujeres, incluso en los puestos de dirección.
3. Libre elección entre formas de vida celibataria y no celibataria.
* La vinculación del ministerio sacerdotal a la forma de vida celibataria no es obligatoria desde el punto de vista bíblico y dogmático, sino algo histórico y por ello cambiante. El derecho de las comunidades a la celebración eucarística es más importante que una regulación eclesiástica.
4. Valoración positiva de la sexualidad como parte importante del ser humano creado y aceptado por Dios.
* Reconocimiento de la decisión responsable de conciencia en cuestiones de moral sexual (por ej., la regulación de la concepción).
* No igualación de las regulaciones de la concepción y el aborto.
* Más humanidad, en vez de condenas globales en lo relativo a la homosexualidad o a las relaciones prematrimoniales.
* Frente a las fijaciones en moral sexual, más acento en otros temas importantes, v. Gr.: la paz, la justicia social, la defensa de la naturaleza.
5. Mensaje de alegría en vez de mensaje de amenaza.
* Más acompañamiento y solidaridad, que ayuden y den ánimo, en vez de normas que angustian y causan estrecheces.
* Más comprensión y disposición conciliadora hacia personas en situaciones difíciles, que podrían emprender un nuevo camino (por ej., divorciados que contraen nuevo matrimonio, sacerdotes casados sin ejercicio ministerial), en vez de dureza inmisericorde.
—o0o—
Los puntos mencionados son metas que la Iglesia, por razón de su misión, del mensaje de Jesús y de las exigencias de nuestro tiempo debería alcanzar tan pronto como le sea posible. Esperamos que al menos sea posible un cambio gradual en esa dirección. Con él, la Iglesia podría volver a ganarse la confianza perdida.
posterior constitución del Movimiento Internacional Somos Iglesia /
International Movement We ar Church –IMWAC- en 1996)
Nos duele el hecho de que el acceso al auténtico mensaje de Jesucristo se hace hoy más difícil para muchos por circunstancias de la Iglesia Católica actual. Una crisis puede contener el germen de un ocaso, pero también la oportunidad de un renacimiento lleno de futuro. Los firmantes de este manifiesto esperamos que la crisis actual de la Iglesia Católica sirva para una reforma ya hace tiempo anhelada.
Con nuestra firma apoyamos la exigencia de una renovación de la Iglesia en el espíritu de Jesús, renovación que ha de venir también y esencialmente de la base. En particular, nos solidarizamos con las siguientes metas y anhelos del pueblo eclesial.
1. Construcción de una Iglesia fraterna.
* Igual dignidad de todos los creyentes: superación del abismo entre clero y laicos. Sólo así recuperará su vigencia la pluralidad de dones y carismas.
* Coparticipación y codecisión de las Iglesias locales en las designaciones de obispos. El obispo a designar debe gozar de la confianza del pueblo.
2. Plena igualdad de derechos de la mujer.
* Coparticipación y codecisión en todos los gremios eclesiales.
* Apertura del diaconado permanente a las mujeres.
* Acceso de las mujeres al ministerio sacerdotal. La exclusión de las mujeres de los ministerios no se puede fundamentar bíblicamente. La Iglesia no puede prescindir por más tiempo de la riqueza de capacidades y experiencias vitales de las mujeres, incluso en los puestos de dirección.
3. Libre elección entre formas de vida celibataria y no celibataria.
* La vinculación del ministerio sacerdotal a la forma de vida celibataria no es obligatoria desde el punto de vista bíblico y dogmático, sino algo histórico y por ello cambiante. El derecho de las comunidades a la celebración eucarística es más importante que una regulación eclesiástica.
4. Valoración positiva de la sexualidad como parte importante del ser humano creado y aceptado por Dios.
* Reconocimiento de la decisión responsable de conciencia en cuestiones de moral sexual (por ej., la regulación de la concepción).
* No igualación de las regulaciones de la concepción y el aborto.
* Más humanidad, en vez de condenas globales en lo relativo a la homosexualidad o a las relaciones prematrimoniales.
* Frente a las fijaciones en moral sexual, más acento en otros temas importantes, v. Gr.: la paz, la justicia social, la defensa de la naturaleza.
5. Mensaje de alegría en vez de mensaje de amenaza.
* Más acompañamiento y solidaridad, que ayuden y den ánimo, en vez de normas que angustian y causan estrecheces.
* Más comprensión y disposición conciliadora hacia personas en situaciones difíciles, que podrían emprender un nuevo camino (por ej., divorciados que contraen nuevo matrimonio, sacerdotes casados sin ejercicio ministerial), en vez de dureza inmisericorde.
—o0o—
Los puntos mencionados son metas que la Iglesia, por razón de su misión, del mensaje de Jesús y de las exigencias de nuestro tiempo debería alcanzar tan pronto como le sea posible. Esperamos que al menos sea posible un cambio gradual en esa dirección. Con él, la Iglesia podría volver a ganarse la confianza perdida.
domingo, 10 de maio de 2009
“DOM HELDER CAMARA E O VIGOR DA IGREJA DOS POBRES
SIMPÓSIO TEOLÓGICO - DIAS 19, 20 E 21 DE MAIO DE 2009 NA CAPELA DOM VICENTE DE PAULO, EM JOÃO PESSOA, PB
PROGRAMAÇÃO: 19h30-min às 21h30min
DIA 19: DOM HÉLDER E A IGREJA DOS POBRES
Exibição do Filme “O Santo Rebelde
Comentário: Pe Josenildo F. de Lima, Me. Teologia Dogmática
DIA 20: DOM HÉLDER E A OPÇÃO PELOS POBRES
Expositor: Prof. Dr. Gilbraz Aragão, UNICAP – Recife, PE
DIA 21: DOM HÉLDER E O PROFETISMO NA IGREJA
Expositor: Pe. José Comblin, teólogo
PROGRAMAÇÃO: 19h30-min às 21h30min
DIA 19: DOM HÉLDER E A IGREJA DOS POBRES
Exibição do Filme “O Santo Rebelde
Comentário: Pe Josenildo F. de Lima, Me. Teologia Dogmática
DIA 20: DOM HÉLDER E A OPÇÃO PELOS POBRES
Expositor: Prof. Dr. Gilbraz Aragão, UNICAP – Recife, PE
DIA 21: DOM HÉLDER E O PROFETISMO NA IGREJA
Expositor: Pe. José Comblin, teólogo
quarta-feira, 1 de abril de 2009
Reforma e Espiritualidade Clássica, por Osmar Ludovico da Silva
Membro do grupo Nós também somos Igreja, o Pastor Osmar Ludovico Silva, partilha com os leitores e leitoras, as suas reflexões sobre o tema do epígrafe. Ele foi fundador da Comunidade de Jesus em São Paulo e Rio. Escreveu o livro "Meditatio" publicado pela Editora Mundo Cristão. Hoje atua na area de mentoria espiritual.
A chamada igreja evangélica atual tem origem na Reforma, e ao longo do tempo recebeu a contribuição de diversos movimentos como: anabatismo, puritanismo, pietismo, avivamentos do século XVIII, sociedades missionárias, fundamentalismo, pentecostalismo clássico, missão integral e neo-pentecostalismo. Foram sopros do Espírito Santo ao longo da História, intervenção de Deus para dentro da realidade humana, com suas instituições, seu poder político e econômico. Nenhum destes movimentos é perfeito, cada um deles tem sua luz e sua sombra. É um equivoco abraçar algum deles incondicionalmente. A tendência que se observa é abraçar um destes movimentos como a última e definitiva revelação de Deus e excluir os demais, considerando-os inferiores e muitas vezes até hereges.
Como cada um destes movimentos tem aspectos positivos e negativos, torna-se fácil criticá-los e combatê-los, principalmente porque geralmente a partir da segunda e terceira geração depois da visitação de Deus, a tendência é o engessamento e a institucionalização com suas estruturas de poder.
Ser evangélico hoje significa andar nos passos dos reformadores e destas outras contribuições, seja buscando alguma integração, seja na ênfase de uma só delas. No entanto, não se trata de eleger uma ou outra, mas de discernir o sopro do Espírito que, de tempos em tempos, renova algum aspecto que foi negligenciado ou esquecido da teologia e da prática de Jesus de Nazaré. Trata-se de julgar e reter o que há de bom em cada uma delas e receber com alegria esta preciosa herança, aprendendo com a História e com aqueles que trilharam o caminho da fé, da esperança e do amor antes de nós.
Sabemos, por outro lado, que a Reforma aconteceu no século XV. O que podemos aprender dos primeiros mil e quinhentos anos da história da igreja? Muitos evangélicos esclarecidos dizem: nada. Antes da Reforma só existiam duas igrejas cristãs: a Romana e a Ortodoxa. Precisamos confessar, como evangélicos, nosso preconceito e orgulho. Pois, até hoje, olhamos com suspeita para tudo o que aconteceu no seio da Igreja de Cristo anterior à Reforma, por considerar esta contribuição como Católica Romana, e achar que, do catolicismo, não pode vir nada valioso.
O fato é que, durante os primeiros mil e quinhentos anos de História da Igreja, o Espírito Santo também soprou várias vezes. O que se observa hoje é que alguns reformados se debruçam sobre este período, a Espiritualidade Clássica, com o desejo de aprender e integrar na experiência evangélica aquilo que há de bom. Evangélicos como Hans Burki, James Houston, Eugene Peterson, Alister McGrath, Richard Foster, Ricardo Barbosa estão redescobrindo a riqueza da Patrística, dos Pais do Deserto, da Monástica e da Mística Medieval, como contribuições vitais para a igreja de hoje. Católicos contemporâneos também buscam resgatar esta tradição: Henri Nouwen, Anselm Grun, Thomas Merton e outros. Irmão Roger da Comunidade de Taizé tem alcançado muitos jovens na Europa e outros países, com sua proposta de reconciliação, integrando o que há de bom nas tradições ortodoxa, católica e reformada.
É uma falácia achar que a Reforma do século XVI, apesar de sua importância fundamental, é o único e definitivo mover do Espírito Santo na História da Igreja, e que nada de bom aconteceu nos séculos precedentes. Felizmente para nós estes antigos movimentos estão documentados e podemos aprender com eles.
Alguns esclarecimentos que se fazem importantes acerca da Espiritualidade Clássica:
1) Não é um produto. Não é mais uma mercadoria na prateleira religiosa para um mercado ávido por consumir novidades. Mas, trata-se de um olhar mais profundo para os conteúdos e a prática da fé cristã, ancorado na experiência com a Palavra e com o Espírito Santo, para vivermos a vida de Cristo em nós.
2) Não é uma prática mística, alienante baseada em técnicas religiosas que produzem sensações agradáveis e felicidade instantânea. Suas ênfases no silêncio e na solitude, na meditação e na contemplação não são fins em si mesmo, mas meios para uma vida de santidade e serviço ao próximo. Com a Lectio Divina, nós evangélicos podemos resgatar uma leitura bíblica com o coração, com os afetos.
3) Embora a monástica seja muito mal vista pelos evangélicos, é inegável seu impacto no Ocidente. No século III, após a conversão de Constantino e do cristianismo se tornar a religião oficial do império, homens e mulheres se retiraram em regiões ermas e remotas para orar e ler a Bíblia. Surgiram os mosteiros e as regras. Ao redor do mosteiro floresceu a civilização ocidental: a biblioteca gerou a academia, o espaço do sagrado atraiu artistas, o ora et labora desenvolveu tecnologias de cultivo, preparo e conservação de alimentos.
4) O resgate da Espiritualidade Clássica não busca resultados, ou conquistar o mundo, muito menos ainda causar um impacto na Igreja. Ao contrário se remete ao simples, ao pequeno, ao fraco. Não é para ser marketeado, sistematizado, explicado, reproduzido. Não busca uma recompensa imediata. Não é para ganhar nada, mas um caminho para aqueles que amam o Pai, o Filho e o Espírito Santo, para aqueles que abriram mão do poder e querem simplesmente crescer na comunhão com Deus, ouvir sua voz e responder com dedicação e consagração.
Para isto há que se vencer o preconceito evangélico, que considera que tudo o que é católico é herético e, ao fazer isto, se auto-proclama dono da verdade. Assim rejeita Hermas, Clemente, Inácio de Antioquia, Orígenes, Policarpo, Pacomio, Antão, Bento, Atanásio, Crisostemo, Agostinho, Bento, Bernardo de Claraval, Francisco de Assis, Tomas de Aquino, Catarina de Siena, Inácio Loyola, João da Cruz e Tereza D’Ávila. Estou certo que a leitura dos pais, dos santos e dos doutores do passado e a apreciação do exemplo de suas vidas podem contribuir decisivamente para a Igreja do Século XXI.
E, claro, integrando com a contribuição de Lutero, Calvino, Zwinglio, George Fox, John Bunyan, John Knox, Von Zinzendorf, John Wesley, Philip Jacob Spener, Geroge Whitefield, Charles Finney, Jonathan Edwards, D.L.Moddy, William Carey, Hudson Taylor, David Livinstone, Willian Both, Karl Barth, Paul Tillich, Dietrich Bonhoeffer, John Stott, Martin Luther King, René Padilha, Samuel Escobar e tantos outros.
Sim, sou um reformado evangélico: Sola Scriptura, Sola Gratia, Sola Fide, Solus Christus, Soli Deo Gloria.E aberto para aprender e integrar a Espiritualidade Clássica na minha experiência cristã. Aprecio e sou edificado com o que aconteceu em Nicéia (325), Monte Cassino (529), Assis (1223), Wittenberg (1517), Westminster (1647), Azuza Street (1905) e Lausanne (1974), e com outros momentos que o Espírito soprou na História da Igreja. E acho importante e promissor este diálogo entre a Reforma e Espiritualidade Clássica, integrando o que é de bom nestes movimentos.
E prossigo no meu caminho: na intimidade com o Pai, sob a direção da Palavra e a inspiração do Espírito Santo; buscando a santidade de Cristo e, com a Igreja, anunciando o Evangelho e servindo aos pobres. E quando falho, me arrependo, experimento a graça perdoadora e recomeço.
A chamada igreja evangélica atual tem origem na Reforma, e ao longo do tempo recebeu a contribuição de diversos movimentos como: anabatismo, puritanismo, pietismo, avivamentos do século XVIII, sociedades missionárias, fundamentalismo, pentecostalismo clássico, missão integral e neo-pentecostalismo. Foram sopros do Espírito Santo ao longo da História, intervenção de Deus para dentro da realidade humana, com suas instituições, seu poder político e econômico. Nenhum destes movimentos é perfeito, cada um deles tem sua luz e sua sombra. É um equivoco abraçar algum deles incondicionalmente. A tendência que se observa é abraçar um destes movimentos como a última e definitiva revelação de Deus e excluir os demais, considerando-os inferiores e muitas vezes até hereges.
Como cada um destes movimentos tem aspectos positivos e negativos, torna-se fácil criticá-los e combatê-los, principalmente porque geralmente a partir da segunda e terceira geração depois da visitação de Deus, a tendência é o engessamento e a institucionalização com suas estruturas de poder.
Ser evangélico hoje significa andar nos passos dos reformadores e destas outras contribuições, seja buscando alguma integração, seja na ênfase de uma só delas. No entanto, não se trata de eleger uma ou outra, mas de discernir o sopro do Espírito que, de tempos em tempos, renova algum aspecto que foi negligenciado ou esquecido da teologia e da prática de Jesus de Nazaré. Trata-se de julgar e reter o que há de bom em cada uma delas e receber com alegria esta preciosa herança, aprendendo com a História e com aqueles que trilharam o caminho da fé, da esperança e do amor antes de nós.
Sabemos, por outro lado, que a Reforma aconteceu no século XV. O que podemos aprender dos primeiros mil e quinhentos anos da história da igreja? Muitos evangélicos esclarecidos dizem: nada. Antes da Reforma só existiam duas igrejas cristãs: a Romana e a Ortodoxa. Precisamos confessar, como evangélicos, nosso preconceito e orgulho. Pois, até hoje, olhamos com suspeita para tudo o que aconteceu no seio da Igreja de Cristo anterior à Reforma, por considerar esta contribuição como Católica Romana, e achar que, do catolicismo, não pode vir nada valioso.
O fato é que, durante os primeiros mil e quinhentos anos de História da Igreja, o Espírito Santo também soprou várias vezes. O que se observa hoje é que alguns reformados se debruçam sobre este período, a Espiritualidade Clássica, com o desejo de aprender e integrar na experiência evangélica aquilo que há de bom. Evangélicos como Hans Burki, James Houston, Eugene Peterson, Alister McGrath, Richard Foster, Ricardo Barbosa estão redescobrindo a riqueza da Patrística, dos Pais do Deserto, da Monástica e da Mística Medieval, como contribuições vitais para a igreja de hoje. Católicos contemporâneos também buscam resgatar esta tradição: Henri Nouwen, Anselm Grun, Thomas Merton e outros. Irmão Roger da Comunidade de Taizé tem alcançado muitos jovens na Europa e outros países, com sua proposta de reconciliação, integrando o que há de bom nas tradições ortodoxa, católica e reformada.
É uma falácia achar que a Reforma do século XVI, apesar de sua importância fundamental, é o único e definitivo mover do Espírito Santo na História da Igreja, e que nada de bom aconteceu nos séculos precedentes. Felizmente para nós estes antigos movimentos estão documentados e podemos aprender com eles.
Alguns esclarecimentos que se fazem importantes acerca da Espiritualidade Clássica:
1) Não é um produto. Não é mais uma mercadoria na prateleira religiosa para um mercado ávido por consumir novidades. Mas, trata-se de um olhar mais profundo para os conteúdos e a prática da fé cristã, ancorado na experiência com a Palavra e com o Espírito Santo, para vivermos a vida de Cristo em nós.
2) Não é uma prática mística, alienante baseada em técnicas religiosas que produzem sensações agradáveis e felicidade instantânea. Suas ênfases no silêncio e na solitude, na meditação e na contemplação não são fins em si mesmo, mas meios para uma vida de santidade e serviço ao próximo. Com a Lectio Divina, nós evangélicos podemos resgatar uma leitura bíblica com o coração, com os afetos.
3) Embora a monástica seja muito mal vista pelos evangélicos, é inegável seu impacto no Ocidente. No século III, após a conversão de Constantino e do cristianismo se tornar a religião oficial do império, homens e mulheres se retiraram em regiões ermas e remotas para orar e ler a Bíblia. Surgiram os mosteiros e as regras. Ao redor do mosteiro floresceu a civilização ocidental: a biblioteca gerou a academia, o espaço do sagrado atraiu artistas, o ora et labora desenvolveu tecnologias de cultivo, preparo e conservação de alimentos.
4) O resgate da Espiritualidade Clássica não busca resultados, ou conquistar o mundo, muito menos ainda causar um impacto na Igreja. Ao contrário se remete ao simples, ao pequeno, ao fraco. Não é para ser marketeado, sistematizado, explicado, reproduzido. Não busca uma recompensa imediata. Não é para ganhar nada, mas um caminho para aqueles que amam o Pai, o Filho e o Espírito Santo, para aqueles que abriram mão do poder e querem simplesmente crescer na comunhão com Deus, ouvir sua voz e responder com dedicação e consagração.
Para isto há que se vencer o preconceito evangélico, que considera que tudo o que é católico é herético e, ao fazer isto, se auto-proclama dono da verdade. Assim rejeita Hermas, Clemente, Inácio de Antioquia, Orígenes, Policarpo, Pacomio, Antão, Bento, Atanásio, Crisostemo, Agostinho, Bento, Bernardo de Claraval, Francisco de Assis, Tomas de Aquino, Catarina de Siena, Inácio Loyola, João da Cruz e Tereza D’Ávila. Estou certo que a leitura dos pais, dos santos e dos doutores do passado e a apreciação do exemplo de suas vidas podem contribuir decisivamente para a Igreja do Século XXI.
E, claro, integrando com a contribuição de Lutero, Calvino, Zwinglio, George Fox, John Bunyan, John Knox, Von Zinzendorf, John Wesley, Philip Jacob Spener, Geroge Whitefield, Charles Finney, Jonathan Edwards, D.L.Moddy, William Carey, Hudson Taylor, David Livinstone, Willian Both, Karl Barth, Paul Tillich, Dietrich Bonhoeffer, John Stott, Martin Luther King, René Padilha, Samuel Escobar e tantos outros.
Sim, sou um reformado evangélico: Sola Scriptura, Sola Gratia, Sola Fide, Solus Christus, Soli Deo Gloria.E aberto para aprender e integrar a Espiritualidade Clássica na minha experiência cristã. Aprecio e sou edificado com o que aconteceu em Nicéia (325), Monte Cassino (529), Assis (1223), Wittenberg (1517), Westminster (1647), Azuza Street (1905) e Lausanne (1974), e com outros momentos que o Espírito soprou na História da Igreja. E acho importante e promissor este diálogo entre a Reforma e Espiritualidade Clássica, integrando o que é de bom nestes movimentos.
E prossigo no meu caminho: na intimidade com o Pai, sob a direção da Palavra e a inspiração do Espírito Santo; buscando a santidade de Cristo e, com a Igreja, anunciando o Evangelho e servindo aos pobres. E quando falho, me arrependo, experimento a graça perdoadora e recomeço.
sábado, 28 de março de 2009
sexta-feira, 27 de março de 2009
Nós também somos Igreja
Somos um grupo de pessoas que tenta viver a mensagem cristã sem qualquer vinculação com a hierarquía eclesiástica desta ou daquela denominação. O grupo da o primeiro passo ao criar este espaço de comunicação, na certeza de que outras pessoas irão se juntar a nós para alimentarmos, enriquecermos, e partilharmos a nossa vida espiritual. João da Cruz Fragoso, Alder Julio Ferreira Calado, José Brendan, Rolando Lazarte, Romero Venâncio, Luiz Gonzaga, Ricardo Brindeiro, Luciano Batista, José Haylton Bezerra Lyra.
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